CRISTO
PRESO Y LÁGRIMAS DE SAN PEDRO
El tradicional paso de
Nuestro Señor del Perdón compuesto por las imágenes del
Redentor, y San Pedro Penitente son obra del escultor
orotavense Fernando Estévez de Sacramento
(1788-1854), al cuál se le encarga la confección de
las caras y las manos de ambas imágenes. Según consta
realizada las mismas fueron aplicadas a las antiguas
esculturas que se tenían en la parroquia relativas al
paso de la negación de San Pedro.
Dichas tallas fueron
costeadas por el Padre Manuel Díaz.
En cuanto a la talla del Señor
del Perdón hay que señalar que se trata de una imagen de
candelero de 1,60 cm, de estilo clasicista y que fue
realizada en 1821. el Profesor Pérez Morera, al escribir
sobre esta talla del Señor, apunta que “fue
concebida según los cánones ideales griegos, un hombre
de 33 años en toda su plenitud y belleza física que
interpreta la profecía de la Pasión del Mesías: Como
manso cordero llevado al matadero (Isaías, 53,7)”.
Fuentes Pérez añade que “de pie, con las manos
atadas, mira plácidamente a su discípulo arrepentido. El
rostro del Redentor, magistralmente tallado, contiene
una fuerza espiritual poco común en la imaginería
religiosa”. En palabras de Padrón Acosta, el Cristo
posee “una expresión de
tristeza infinita, de asombroso perdón, que se refleja
en la faz sacra de Cristo. Las manos son obra acabada.
El artista orotavense, al modelarlas, tuvo muy en cuenta
la presión que en ellas ejercen los cordeles que la
aprisionan”. En lo que
concierne a la talla de San Pedro Penitente hay
conocimiento
de una carta enviada por el maestro a don
Francisco de Lugo y Viña, natural y vecino de esta
ciudad, fechada el 28 de julio de 1821 y que se
conservaba en poder de don Manuel Poggio y Sánchez, en
la que se establecía el contrato para realizar con la
máxima celeridad la talla de “San Pedro” y de la cuál se
desprende que la imagen de “Cristo Preso” ya había sido
ejecutada en ese año. En otra carta fechada el 28 de
diciembre de 1821, el artista, que por alguna razón no
pudo concluir este trabajo que había empezado en el
verano, dice “procurare hacer lo mas pronto que me
sea posible la cabeza y manos qu. en ella me encarga no
reparando en los dies pes qu. se rebajaron del primer
precio…”. En el dorso de esta misiva aparecen
consignados otros gastos relativos a la talla: “Por
otra ps. tres y medio rrta. costo del cajon y conducción
de la Villa de la Orotava a esta Ciudad… por dos ps.
gastos en acomodar la nueva cabeza y manos del cuerpo
antiguo … suman 5 ps. 3 rta. 3 qs. corrientes.”
Finalmente la talla
pudo estar acabada para la Semana Santa del año siguiente (1822). Así se
reflejó en el Archivo Parroquial, en las páginas relativas a la Cofradía de San
Pedro. Fuentes Pérez expone sobre esta talla que “su cara envejecida y angustiada por haber negado a su maestro, contrasta en
gran hermosura con la figura paciente y amable de Jesús. Los detalles
minuciosos de la cabeza y de las manos entrecruzadas recuerdan sobremanera a
las esculturas procesionales sevillanas”. Un rostro en el que aparece su ya
conocida melancolía.
Junto
a ambas tallas se erige en una fina columna la perfecta escultura de un gallo
que completa este grupo escultórico obra del escultor palmero Aurelio Carmona y
López (1826-1901).
De
esta forma vemos en la actualidad el maravilloso paso de la Negación de San
Pedro, con las imágenes del Redentor, llamado popularmente Señor del Perdón, y
del Apóstol. Ambas obras son de perfecta factura, y primeras muestras del arte
de Estévez que llegaron a la Palma (Alberto José Fernández). Considerándose por
muchos autores como la obra cumbre del Escultor Orotavense.
Tradicionalmente
el paso de la negación de San Pedro procesionaba en nuestra ciudad el
Martes Santo. Si bien es a partir de 1957 cuando dicha procesión se traslada al
Lunes Santo por haberse adquirido un nuevo paso para el Martes Santo compuesto
por nuestro Señor de la Columna y Nuestra Señora de la Esperanza.
Si bien el paso actual procesiona en la Semana Santa de
Santa Cruz de La Palma desde que la obra fue ejecutada por Fernando Estévez
allá por 1822, el origen del paso de la Negación de San Pedro es anterior a
dicha fecha, y nos lo da el Inventario de fecha de 16 de Junio de 1795,
efectuado ante Notario Público don Nicolás Cayetano de Brito, nombrándose una
imagen de vestir de Nuestro Señor con el que se hace la procesión del Martes
Santo, fue igualmente “una imagen de San Pedro llorando”. Sin embargo, su
antigüedad data de muchísimo años antes puesto que en las cuentas que presenta
el Presbítero don Pablo Barros de Sá, en 30 de junio de 1738, se justifica
cierta cantidad para la diadema del Apóstol, según señala el Historiador
Palmero Alberto José Fernández García.
Y
así nos consta ya que del archivo parroquial de El Salvador, en el Libro de
Visitas (1675-1926), se detalla la Visita de 15-I-1719 de D. Joseph de Tobar y
Sotelo en la que se señala lo siguiente:
“En la Palma a quinze de Henero de mil settecientos y diez y nueve años su
merced el señor Dr. Don Joseph de Tobar y Sotelo
..........
y auiéndose efectuado y reconocido el inventario principal, que comienza al folio ciento y ventidos, y añadidos a los folios ciento y sesenta y seis, ciento y setenta y dos y ciento y setenta y quatro; dixo que por quanto muchas cosa se han consumido y otras se han añadido, y dexándolo solamente annotado, como se ha hecho en las Visitas antecedentes, se ocasiona confusión (....) madaua y mando se haga nuevo inventario en este libro”.
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y auiéndose efectuado y reconocido el inventario principal, que comienza al folio ciento y ventidos, y añadidos a los folios ciento y sesenta y seis, ciento y setenta y dos y ciento y setenta y quatro; dixo que por quanto muchas cosa se han consumido y otras se han añadido, y dexándolo solamente annotado, como se ha hecho en las Visitas antecedentes, se ocasiona confusión (....) madaua y mando se haga nuevo inventario en este libro”.
Y
en lo relativo al inventario de imágenes ya se nombra en el mismo, “una imagen de vestir de Nuestro Señor en la capilla de San Pedro, con que
se hace la procesión el Martes Sancto y otra imagen de San Pedro llorando en
dicha capilla”.
Por
tanto hemos podido constatar que el paso de la negación de San Pedro ya existía
en nuestra parroquia allá por 1719, y que ya procesionaba en nuestra Semana
Santa por esa fecha como señala dicho inventario.
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